lunes, marzo 30, 2009

APORTES DESDE LA ECOLOGÍA DE LA COMUNICACIÓN Y LA ECONOMÍA POLÍTICA (PARTE I)

La elaboración de una investigación sobre el surgimiento y desarrollo de la televisión en la provincia de Salta, República Argentina, ha permitido, entre otras cosas, iniciar una reflexión sobre marcos teóricos en el estudio de problemas de comunicación e información. Planteada en primera instancia una perspectiva de estudios doble, desde la economía política de la comunicación, por un lado, y las rutinas de producción, por el otro, asoma la factibilidad de introducir algunas interpretaciones a través de la inclusión de una mirada desde la denominada Ecología de la Comunicación. Experiencia sumada a raíz de ciertos aportes realizados anteriormente en una tesis doctoral presentada en la Universidad de La Laguna y donde se proponía analizar el impacto social de la televisión por cable en el mismo contexto geográfico del proyecto antes mencionado.
El análisis diacrónico del primer trabajo aludido, de base documental y testimonial, principalmente, y las interpretaciones derivadas de la tesis, centrados en la descripción de un fenómeno tecnológico que cambió profundamente el marco audiovisual, impactando en la sociedad y la cultura, permitiendo asumir posiciones de uso del nuevo medio en las audiencias, derivó en la comprensión de un complejo panorama que involucraba tanto a personas y organizaciones vinculadas a la producción de tecnología, servicios y contenidos, como así también a instrumentos tecnológicos que no dejaban de ejercer cierta influencia en los usuarios, como éstos a la aplicación y utilidad de aquellos, a entender la presencia de una actividad múltiple retroalimentada, donde medios y sociedad, tecnologías y personas actuaban desde necesidades, expectativas y posibilidades, y donde intereses económicos y políticos también se ponían en juego.
Es en este punto donde se anima una voluntad de aproximar las concepciones de dos corrientes teóricas con historial propio y a veces contrapuesto en los estudios de comunicación y cultura.
Las adhesiones a ciertas concepciones teóricas en el ámbito del estudio de los fenómenos de la comunicación han derivado, más de una vez, en polémicas que alentaron la división rotunda de las aguas de los ámbitos de competencias y probables aportaciones enriquecedoras de unos marcos teóricos hacia otros.
En este caso se intentará animar una vía de diálogo, de encuentro, de enriquecimiento entre dos corrientes que aportan, entre fines del siglo XX y principios del XXI, importantes conceptos sobre el funcionamiento de los fenómenos vinculados a la comunicación y la información. Una, la ecología de la comunicación (Innis, Mc Luhan, Postman, entre otros), con una concepción basada en los cambios tecnológicos que impactan en la escena socio-cultural de los últimos tiempos. La otra, la economía política de la comunicación y la información (Smythe, Schiller, Bolaño, entre otros), con una concepción basada en la intervención del concepto de mercancía y la consabida concentración económica correspondiente a la etapa última del capitalismo occidental con expansión global. La meta es entender como desde ambos paradigmas se pueden obtener aproximaciones que ayuden a la comprensión de los fenómenos de la comunicación contemporánea en un intercambio fecundo, integrador y contrastante.
Seguramente, los resultados favorables a la comprensión de los aportes de ambas concepciones estarán íntimamente ligados a una postura inicial del científico, es decir, su propia esencia, la de una mente abierta a las proposiciones más diversas, al constante cuestionamiento de sus propias aseveraciones y a evitar la tentación de caer en el determinismo de ciertas posiciones, como así también en el eclecticismo. Desde la ciencia social, evitando cierto carácter doctrinal. En ese sentido hay que advertir sobre las diferencias entre la ciencia y la política, asumiendo las características de la primera y no de la segunda, de acuerdo al rol que competa asumir, el contexto, etc. He aquí tal vez el primer problema de la comunicación, en el sentido que si el científico de la comunicación es a la vez profesional de medios y en una manera de explicitar las condiciones profesionales del político y el científico (WEBER, 1976), el periodista es un político profesional asalariado y, también, el menos independiente en lo económico de todos los políticos profesionales, a la vez que la empresa periodística es una empresa permanente.
En el siglo XX la esfera de los medios de comunicación comienza a incluirse en el ámbito del conocimiento científico de sus fenómenos, entre ellos los de producción y consumo, los de las consecuencias esperadas o no esperadas, dan lugar a los efectos, al impacto social, al reforzamiento de tendencias sociales o al cambio, situaciones donde de una manera u otra la función intelectual del generador de mensajes en los modernos medios de comunicación comienza a ser considerada desde distintas ópticas (análisis de discurso, rutinas de producción, gatekeepers, conformación de agenda, etc.) incluyendo la que corresponde a la subsunción de la tarea de trabajadores de la información y la cultura (Bolaño, 2002).
Optar por cierto determinismo tecnológico desde la Ecología de la Comunicación, o por cierto determinismo económico desde la Economía Política de la Comunicación conlleva el enredarse en una simplificación o reducción que debería ser reemplazada por entender que tanto la tecnología, los cambios acelerados en los instrumentos y sus usos, como la base económica de la estructura social y de los medios, son factores importantes en la vida y el mundo actuales, sin desmerecer además la existencia de otros factores como el lenguaje, la estética, las expresiones culturales locales, etc.
El punto de partida de la Economía Política de la Comunicación como paradigma científico y la incorporación de los aportes de la Ecología permitirá dar un paso en aquello que propone Bolaño de constituir un marco teórico no excluyente pero a la vez no ecléctico con el enriquecimiento de nuevos enfoques.

2 comentarios:

TUTY dijo...

EL TEXTO ME PARECIO MUY INTERESANTE.
primeramente quiero decir que me gusto la manera en que explica,someramente, el avance de las tecnologias en las comunicaciones y los diferentes condicionantes que las vuelven cambiantes, como ser los condicionantes culturales, sociales, ambientales, etc. Me llamo la atencion en la manra que un autor describe al periodista, pero si uno piensa reflexivamente es la verdad, el periodista es tambien quien hace el ejercicio de la politica pero desde otro punto de vista, este se denominó como politico asalariado; justamente el periodista es quien al tener una influencia tan importanate en la sociedad, consta de un poder que lo caracteriza y lo hace distintivo de las otras profesiones de las comunicaciones.
LAURA SALADO TEYSSIER
ESTUDIANTE DE PERIODISMO
UCASAL (1º AÑO).

TUTY dijo...

Me gusto el texto de acuerdo a como explica el avance tecnológico que comprende a los medios de comunicación, también como el conocimiento científico de los fenómenos que los componen se ven afectados por condicionantes externos, de producción, consumo, etc. Me agrado mas aun el pensamiento de Weber, que define al periodista como un político asalariado. Si bien el periodista también practica la política en su actividad y, expresa también, que la empresa periodística es una empresa permanente, y en eso estoy mucho mas de acuerdo, ya que creo que, el periodismo es una actividad que se realiza hace muchísimos años y que va a seguir porque es un poder que tiene, el que lo practica, en la sociedad.
Laura Salado Teyssier
Estudiante de Periodismo (1º año)
UCASAL