En relación al énfasis que se hace sobre el desarrollo del turismo en distintos puntos de la Argentina, quisiera referirme a una interesante nota publicada hace algunos meses en el diario “La Nación”. El autor de la misma es Carlos Tramutola hijo, Director de la Fundación Grupo Sophía.
Entre otras cosas señala que “el turismo es una actividad que tiene una capacidad incomparable para generar divisas y empleo de calidad”, a lo que agrego: divisas, porque se trata de ingreso genuino de dinero producido afuera y consumido adentro, que puede motorizar el desarrollo de la producción local, que con el ingreso de miles de turistas puede ver la expansión de su mercado dentro de sus propios territorios de comercialización.
Empleo de calidad; porque precisa de una mano de obra preparada, capacitada, especializada; siempre que a la actividad del sector se la quiera ver con seriedad, como proyecto de futuro, no como oportunismo de temporada o aprovechamiento circunstancial.
Por otra parte dice el autor de la nota sobre el turismo “que se caracteriza por ser ambientalmente sustentable y promover el desarrollo regional”. Lo de ambientalmente sustentable habrá que verlo y más que nada hacerlo. Por ejemplo: con tristeza vi como en Tilcara, Jujuy, en la pasada Semana Santa, la imprevisión convirtió en poco sustentable un bien turístico cultural y de paisaje. Vehículos y puestos de feriantes contaminaban en forma caótica la visión y otros sentidos, que permiten apreciar las potencialidades de las ofertas para el turismo. Con la evidencia de una falta total de capacidad de autoridades e incluso comunidad. Para ello hacen falta políticas, de las buenas, y por supuesto políticos, también de los buenos.
El desarrollo regional permite que lo propio se valorice a partir del reconocimiento por parte de otros, eso también implica un adecuado reconocimiento de lo auténtico y original, obligando a actuar a favor de determinar niveles de calidad y de representatividad de los productos.
Pero es cierto, las dimensiones son distintas. En España ingresan 86 millones de turistas extranjeros al año, mientras que a la Argentina, ahora, están llegando tres millones (habrá que ver lo que pasa, conflicto de Aerolíneas mediante). En España lo que ingresa por turismo equivale al doble de todas las exportaciones argentinas.
Pero las más crudas relaciones no debemos hacerlas con una verdadera potencia turística. Para convencer a los extranjeros hay que decirles que existe Argentina y mostrársela en algún momento. Cualquiera podrá apreciar que Australia (en otro extremo del mundo) aparece constantemente en las pantallas internacionales y cientos de producciones documentales de los canales temáticos tipos Discovery, en todas sus versiones, National Geographic, People and Arts, Animal Planet, etc;. Muchas producciones tienen su origen en el país continente. Con materiales que van desde el Cazador de Cocodrilos, hasta la deslumbrante vida urbana de Sydney, Canberra, Melbourne o Perth, se sustentan horas de programación en la televisión internacional, vendiendo Australia. Un país que, a diferencia de Argentina, es muy caro. La distinción también reside en que Australia invierte setenta millones de dólares para promocionar su turismo, Argentina solo tres millones. ¿Se trata de una burla o de un país de improvisados, charlatanes e inútiles?.
Argentina puede duplicar sus ingresos por turismo con una racional política turística. Sin tanto charle y sin depender de los beneficios, que en este caso, representa la devaluación. Según el autor de la nota de La Nación, Carlos Tramutola, “el país y sus regiones se debe tornar atractivo y competitivo independientemente de las ventajas del tipo de cambio. La Argentina debe dar un salto de calidad en el desarrollo turístico. Debemos atraer turistas por lo interesante y no solo por los precios”.
Creo que nosotros podemos y debemos buscar la forma de hacerlo.
Entre otras cosas señala que “el turismo es una actividad que tiene una capacidad incomparable para generar divisas y empleo de calidad”, a lo que agrego: divisas, porque se trata de ingreso genuino de dinero producido afuera y consumido adentro, que puede motorizar el desarrollo de la producción local, que con el ingreso de miles de turistas puede ver la expansión de su mercado dentro de sus propios territorios de comercialización.
Empleo de calidad; porque precisa de una mano de obra preparada, capacitada, especializada; siempre que a la actividad del sector se la quiera ver con seriedad, como proyecto de futuro, no como oportunismo de temporada o aprovechamiento circunstancial.
Por otra parte dice el autor de la nota sobre el turismo “que se caracteriza por ser ambientalmente sustentable y promover el desarrollo regional”. Lo de ambientalmente sustentable habrá que verlo y más que nada hacerlo. Por ejemplo: con tristeza vi como en Tilcara, Jujuy, en la pasada Semana Santa, la imprevisión convirtió en poco sustentable un bien turístico cultural y de paisaje. Vehículos y puestos de feriantes contaminaban en forma caótica la visión y otros sentidos, que permiten apreciar las potencialidades de las ofertas para el turismo. Con la evidencia de una falta total de capacidad de autoridades e incluso comunidad. Para ello hacen falta políticas, de las buenas, y por supuesto políticos, también de los buenos.
El desarrollo regional permite que lo propio se valorice a partir del reconocimiento por parte de otros, eso también implica un adecuado reconocimiento de lo auténtico y original, obligando a actuar a favor de determinar niveles de calidad y de representatividad de los productos.
Pero es cierto, las dimensiones son distintas. En España ingresan 86 millones de turistas extranjeros al año, mientras que a la Argentina, ahora, están llegando tres millones (habrá que ver lo que pasa, conflicto de Aerolíneas mediante). En España lo que ingresa por turismo equivale al doble de todas las exportaciones argentinas.
Pero las más crudas relaciones no debemos hacerlas con una verdadera potencia turística. Para convencer a los extranjeros hay que decirles que existe Argentina y mostrársela en algún momento. Cualquiera podrá apreciar que Australia (en otro extremo del mundo) aparece constantemente en las pantallas internacionales y cientos de producciones documentales de los canales temáticos tipos Discovery, en todas sus versiones, National Geographic, People and Arts, Animal Planet, etc;. Muchas producciones tienen su origen en el país continente. Con materiales que van desde el Cazador de Cocodrilos, hasta la deslumbrante vida urbana de Sydney, Canberra, Melbourne o Perth, se sustentan horas de programación en la televisión internacional, vendiendo Australia. Un país que, a diferencia de Argentina, es muy caro. La distinción también reside en que Australia invierte setenta millones de dólares para promocionar su turismo, Argentina solo tres millones. ¿Se trata de una burla o de un país de improvisados, charlatanes e inútiles?.
Argentina puede duplicar sus ingresos por turismo con una racional política turística. Sin tanto charle y sin depender de los beneficios, que en este caso, representa la devaluación. Según el autor de la nota de La Nación, Carlos Tramutola, “el país y sus regiones se debe tornar atractivo y competitivo independientemente de las ventajas del tipo de cambio. La Argentina debe dar un salto de calidad en el desarrollo turístico. Debemos atraer turistas por lo interesante y no solo por los precios”.
Creo que nosotros podemos y debemos buscar la forma de hacerlo.
2 comentarios:
si. pero hay que cuidar a los qeu vienen.
segun dicen, los turistas que vienen a capital federal se viven quejando de la mala atencion, del abuso de precios -que por ser turistas les aumentan algunas cosas- de la inseguridad, etc. es verdad, buenos aires se volvio peligrosa, hipocrita y hostil, pero es cuestion de mejorar de apoco.
hay que cuidar lo que tenemos!! no solo porteños, seguramente alla en salta, en cordoba, en santa cruz se dan los malos tratos y todo lo que viene. sin hablar de la cuestion del trabajo en negro de todos los que se llenan los bolsillos con la guita de los extranjeros.
muy bueno el blog. voy a volver.
Hola, soy salteño y vivo en México, encontré tu blog de casualidad.
Coincido con tus apreciaciones, pero hay que tener en cuenta un detalle importante: estamos en una posición geográfica que no nos favorece demasiado. México, por ejemplo, recibe alrededor de 20 millones de turistas anuales, y al margen del dineral que invierte en turismo y sus propios atractivos, que son muchos (pirámides, ciudades coloniales, el caribe, etc) está al lado de Estados Unidos, principal economía del mundo, por lo cual muchos de esos millones que visitan México son estadounidenses, y muchos de los demás que visitan México, también pasaron anteriormente por Estados Unidos, y México les queda a un paso.
Nosotros la tenemos más difícil, pero hay que encontrarle la vuelta, como dijiste, con más inversión, con buscar la manera de promocionarnos internacionalmente, con poner nosotros mismos de nuestra parte para que el turista se sienta a gusto, y que, por ejemplo, un japonés, considere que vale la pena pasarse 25 horas o más en un avión para llegar aquí (lo cual le quita más de dos días de vacaciones, por el tiempo perdido en el traslado)
Tenemos tantas cosas en este país para mostrarle al mundo...
Saludos
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