Siguiendo con el tema de la educación sigue preocupándome la ausencia del debate sobre la calidad de la educación argentina. Y es que los alumnos, de los distintos niveles, cada vez saben menos, cada vez conocen menos, cada vez se informan menos, en paradoja pleno desarrollo de la denominada sociedad de la información y el conocimiento.
Y no solo es una cuestión de cantidades de información registradas en la memoria de una mente enciclopedista, sino en no tener la menor idea ni el menor interés de saber que está más al sur o qué está más al norte. Cuándo ocurrió tal hecho o qué implicó tal decisión tomada por un gobernante. Esa actitud de no trascender más allá de las narices no solo implica una falta de dedicación al estudio sino un desinterés por dejarse atrapar por la curiosidad de lo que ocurre.
Los adolescentes de fines de los setenta poseían más conocimiento de los cambios papales de la época, que los adolescentes de ahora, quienes por semanas, días y miles de horas televisivas en directo –vía satélite- asistieron a la espectacularización de los acontecimientos mundiales, sin atinar a separar la paja del trigo. A aquellos les era más próxima Vietnam y Camboya, que a muchos hoy les es Irak o Afganistán, con gran diferencia en número de corresponsales y tecnología.
Y no solo es una cuestión de cantidades de información registradas en la memoria de una mente enciclopedista, sino en no tener la menor idea ni el menor interés de saber que está más al sur o qué está más al norte. Cuándo ocurrió tal hecho o qué implicó tal decisión tomada por un gobernante. Esa actitud de no trascender más allá de las narices no solo implica una falta de dedicación al estudio sino un desinterés por dejarse atrapar por la curiosidad de lo que ocurre.
Los adolescentes de fines de los setenta poseían más conocimiento de los cambios papales de la época, que los adolescentes de ahora, quienes por semanas, días y miles de horas televisivas en directo –vía satélite- asistieron a la espectacularización de los acontecimientos mundiales, sin atinar a separar la paja del trigo. A aquellos les era más próxima Vietnam y Camboya, que a muchos hoy les es Irak o Afganistán, con gran diferencia en número de corresponsales y tecnología.
Tal vez el dato escaso, caro y de difícil acceso incentive mucho más el ansia de conocimiento que la superabundancia de información, la accesibilidad de la banda ancha y las posibilidades más reales de viajar a Camboriú, Cancún, Punta Cana y Orlando -destinos fashion-, estar al tanto de los acontecimientos de la farándula, la moda, el espectáculo y la industria televisiva y mantenerse disponible para el consumo en una economía del servicio rápido. Allá lejos quedó la filosofía de Sartre, el arte de Warhol y la democracia popular, soñar con viajar a París y conocer el Potala.
Como sociedad ¿no somos también responsables de que las nuevas generaciones estudien menos, y quieran estudiar menos?.
Como sociedad ¿no somos también responsables de que las nuevas generaciones estudien menos, y quieran estudiar menos?.
El sistema social de premios y castigos ¿no ha priorizado acaso el oportunismo en la defensa de los derechos y la habilidad para “zafar” de las obligaciones?
¿No es tiempo de que las leyes, las reglamentaciones, las reglas de juego sean modificadas en un nuevo orden que concilie los grandes cambios y apunte hacia una consolidación de valores morales sociales, donde la habilidad, la capacidad, el trabajo y la honestidad tengan lugar? Nuevamente como sociedad podemos comenzar a plantearnos este y otros puntos.
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