Un amigo, Ernesto Bisceglia, ha editado recientemente un libro sobre historia de los medios y del periodismo. Convocado para escribir algunas líneas como prólogo, comparto una reflexión basada en los cambios, cada vez más acelerados, en nuestras sociedades y el valor de la visión histórica del fenómeno de los medios de comunicación.
La tarea de indagar sobre la historia del periodismo y de los medios de comunicación se vuelve apasionante cuando vinculamos el surgimiento y desarrollo de la actividad con las características del momento que se vive en cada época. Habiendo avanzado una década en el Siglo XXI, cuestiones tal vez muy próximas en el tiempo, aparecen desdibujadas y lejanas, advirtiendo la velocidad de los cambios. Cabe la reflexión y la discusión sobre si los medios ayudaron en ese acelerado proceso o si fueron consecuencia de la vorágine de los acontecimientos. Lo más seguro es que exista algo de ambos factores, es más, que la complejidad subyacente habilite un proceso que no deje a un lado otras perspectivas, provenientes de la política, la economía, la cultura, la sociedad, etc.
El estudio de algunos problemas contemporáneos puede ser enriquecido por el conocimiento del fenómeno de los medios de comunicación, ya sea como reflejo del avance científico y tecnológico, o como mecanismo que impacta en individuos y grupos, influyendo en la conformación de un marco de realidad.
Las características de “lo urbano”, no solo representa un ordenamiento territorial, una estética visual o un escenario de intercambio de productos. La ciudad es un ámbito de interacción y la alta concentración de habitantes deviene en una necesidad mediada de interacción.
Los factores de “lo global” se sustentan en un nuevo orden financiero de escala planetaria, en una lógica productiva distinta a la industrial y en un intercambio cultural, diverso y plural. Los medios de comunicación y el ejercicio del periodismo no solo propagan los vórtices de la globalización, sino que integran el entramado de transmisión de datos, de difusión de cultura y de construcción de conocimiento en consonancia con una nueva realidad: los medios difunden la situación planetaria en la medida que construyen una dimensión global de acontecimientos del más variado origen.
El impacto de “lo tecnológico” es otra faceta de estos tiempos, el ejercicio de la vida cotidiana está impregnado por la utilización y la dependencia de factores poco visibles: satélites, fibras ópticas, cables, servidores, antenas y aire. La tecnología nos resuelve diversos problemas, desde el traslado hasta el alimento. Las tecnologías de la información nos conectan al instante, a la distancia y en simultáneo.
Una nueva sociedad se está construyendo y tiene que ver con “lo informacional”. La información como insumo básico está definiendo una nueva economía y nuevas relaciones de producción y trabajo, también de interacción y consumo. Complejas redes se tejen ante nuestros ojos y fuera de nuestro alcance sensorial, abarcando extensiones y albergando datos sobre los que cualquier humano seria incapaz de contener naturalmente. La memoria artificial, extra-mente, y los infoductos de transporte e intercambio ayudan a configurar una nueva humanidad que, si bien quiere, podrá dedicarse más a atender y entender sus problemas.
Para alcanzar a entender parte de los nuevos acontecimientos que caracterizan a “nuestro mundo”, al decir de Manuel Castells, es imprescindible retrotraernos a lo sucedido precedentemente, atendiendo a los antecedentes en los usos y las prácticas de los medios de comunicación y entendiendo las situaciones que han involucrado aspectos económicos, políticos, sociales y culturales.
Cada aporte sobre las historia de los medios y del periodismo nos permitirá reflexionar sobre el presente y arriesgar ciertas proyecciones hacia el futuro.
El estudio de algunos problemas contemporáneos puede ser enriquecido por el conocimiento del fenómeno de los medios de comunicación, ya sea como reflejo del avance científico y tecnológico, o como mecanismo que impacta en individuos y grupos, influyendo en la conformación de un marco de realidad.
Las características de “lo urbano”, no solo representa un ordenamiento territorial, una estética visual o un escenario de intercambio de productos. La ciudad es un ámbito de interacción y la alta concentración de habitantes deviene en una necesidad mediada de interacción.
Los factores de “lo global” se sustentan en un nuevo orden financiero de escala planetaria, en una lógica productiva distinta a la industrial y en un intercambio cultural, diverso y plural. Los medios de comunicación y el ejercicio del periodismo no solo propagan los vórtices de la globalización, sino que integran el entramado de transmisión de datos, de difusión de cultura y de construcción de conocimiento en consonancia con una nueva realidad: los medios difunden la situación planetaria en la medida que construyen una dimensión global de acontecimientos del más variado origen.
El impacto de “lo tecnológico” es otra faceta de estos tiempos, el ejercicio de la vida cotidiana está impregnado por la utilización y la dependencia de factores poco visibles: satélites, fibras ópticas, cables, servidores, antenas y aire. La tecnología nos resuelve diversos problemas, desde el traslado hasta el alimento. Las tecnologías de la información nos conectan al instante, a la distancia y en simultáneo.
Una nueva sociedad se está construyendo y tiene que ver con “lo informacional”. La información como insumo básico está definiendo una nueva economía y nuevas relaciones de producción y trabajo, también de interacción y consumo. Complejas redes se tejen ante nuestros ojos y fuera de nuestro alcance sensorial, abarcando extensiones y albergando datos sobre los que cualquier humano seria incapaz de contener naturalmente. La memoria artificial, extra-mente, y los infoductos de transporte e intercambio ayudan a configurar una nueva humanidad que, si bien quiere, podrá dedicarse más a atender y entender sus problemas.
Para alcanzar a entender parte de los nuevos acontecimientos que caracterizan a “nuestro mundo”, al decir de Manuel Castells, es imprescindible retrotraernos a lo sucedido precedentemente, atendiendo a los antecedentes en los usos y las prácticas de los medios de comunicación y entendiendo las situaciones que han involucrado aspectos económicos, políticos, sociales y culturales.
Cada aporte sobre las historia de los medios y del periodismo nos permitirá reflexionar sobre el presente y arriesgar ciertas proyecciones hacia el futuro.
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